Una vivienda accesible garantiza la autonomía, la seguridad y la comodidad, tanto de las personas que la habitan como de aquellas que la visitan. Pero, en ocasiones, puede transformarse en un espacio que impida el desarrollo vital de las personas si su acceso se convierte en una barrera insuperable.
Desde AFI Administradores de Fincas e Inmuebles le exponemos una serie de requisitos para facilitar la accesibilidad a las viviendas y mejorar la calidad de vida de su comunidad de vecinos.
Somos conscientes de que hay edificios construidos hace muchos años en los que las soluciones de accesibilidad son complicadas, pero debemos trabajar entre todos para encontrar nuevas adaptaciones que permitan resolver los problemas de acceso a los hogares. Una vivienda adaptada debe permitir acceder de manera autónoma desde la calle hasta la puerta de casa, entrar en todas las estancias del edificio y contar con el espacio suficiente para facilitar los movimientos con una silla de ruedas con el menor número de maniobras posibles.
Las principales barreras para la accesibilidad desde el exterior son los cambios de nivel, escalones y rampas mal ejecutadas. Las pendientes de rampas están reguladas por ordenanzas municipales y la mayoría suele estar en torno a un 10% de desnivel. La construcción de rampas accesibles debe salvar el desnivel con una pendiente igual o inferior al 7%. Si no hay suficiente espacio para las rampas o el desnivel es considerable, la implantación de plataformas suele ser muy común. Pueden ser verticales, utilizadas para salvar alturas importantes, salvaescaleras, usadas para superar tramos de escaleras cuya pendiente no sea superior a 40º, o sillas salvaescaleras, una variante de las anteriores. Además, el suelo antideslizante en las zonas comunes es imprescindible. Los mármoles, granitos y pavimentos cerámicos con trama rugosa cuentan con esta característica.
Del mismo modo, numerosos edificios no disponen de ascensor o presentan alguna barrera para su total accesibilidad. Un elemento fundamental es la puerta telescópica, con sensor de detección de personas para evitar atrapamientos. Además, la parte de la cabina y la del exterior deben quedar al mismo nivel en las paradas. Los botones de llamada deben situarse a una altura comprendida entre 90 cm y 120 cm y señalizados en braille.
Por otro lado, muchas puertas de entrada al portal son estrechas y pesadas y las condiciones de accesibilidad a los buzones y al portero automático no son óptimas. Los paneles del sistema de comunicación con el interior de las viviendas han de cumplir con los parámetros de altura de colocación, ya que el mayor problema para la comunidad de propietarios lo presenta la inadecuada ubicación de los mismos.
En AFI, su administrador de fincas en Valencia, ofrecemos de forma ventajosa para nuestras Comunidades y Administrados que lo necesiten la elaboración del Informe de Evaluación de Edificios, la gestión de solicitudes de ayudas y la redacción de proyectos o memorias necesarios para la realización de obras de eliminación de barreras arquitectónicas en el edificio.
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