¿Está pensando en alquilar un piso y no sabe qué pasos seguir? Puede que le venga bien conocer estos puntos a tener en cuenta para evitar las experiencias negativas.
- Elabore un presupuesto. Comprar requiere una proyección de nuestras finanzas para más tiempo, pero ser inquilino no nos libra de hacer un análisis pormenorizado de ingresos y gastos. Si al echar cuentas, el pago del alquiler hace que lleguemos justos a final de mes, valoraremos viviendas más económicas.
- ¿Ha pensado en compartir? Es una práctica común para solteros que comienzan en el mercado laboral. También es válida para aquellos que perciben un salario que no permite mayores desembolsos.
- Busque una zona bien comunicada. Si vive cerca de su trabajo, lugar de estudios, núcleo familiar o círculo social, no hará grandes gastos en desplazamientos.
- Céntrese en los pisos amueblados. Aunque suelen tener una renta algo más cara, necesitará menos inversión al principio. Siempre puede negociar una rebaja de su alquiler.
- Presente cartas de recomendación. Le servirá para rebajar tensiones y negociar dentro de un clima de mayor confianza.
- No se olvide de pactar las actualizaciones de renta. La nueva ley de alquiler especifica que las subidas o bajadas en las mensualidades ahora serán pactadas libremente entre las partes desde el primer año de contrato. Se trata de un nuevo marco que abre la puerta al consenso, pero le recomendamos que deje claras las actualizaciones antes de firmar.
- Pacte una carencia por ausencia. Los estudiantes suelen alquilar de septiembre a junio y regresar al mismo piso tras el verano. El casero suele concederles una carencia, lo que beneficia a los inquilinos al ahorrarles unos meses de renta y al propio dueño, que se asegura el tener buenos pagadores.
- Sopese la idea del subarriendo. Si no llega a fin de mes, alquilar a un tercero es una posible salida. Esto será posible siempre y cuando sea una opción contemplada como cláusula en el contrato. En caso contrario, habría que plantearlo al casero antes de barajar la opción.
- Negocie los gastos. En ocasiones, a la renta se le unen la comunidad, y cada vez con más frecuencia, la tasa de basuras o el famoso IBI. Intente dejar claro desde el principio todos y cada uno de los gastos adicionales para no llevarse sorpresas en un futuro.
- Si necesita un punto de vista profesional, recurra a los que saben. Los asesores de AFI le aseguran un contrato sin fisuras, perfectamente explicado y absolutamente legal. Solicite presupuesto gratuito y sin compromisos en su administrador de fincas en Valencia
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