Uno de los problemas cada vez más frecuentes de denuncias entre vecinos es el relacionado con los ladridos que provocan los perros. Estos ladridos constantes de un can pueden provocar una ruptura de la tranquilidad, molestias en el vecindario e importantes sanciones económicas para el dueño del animal.
Para mantener una buena convivencia vecinal es preciso enseñar a los animales a mantenerse tranquilos y sosegados. Siempre teniendo en cuenta que se trata de animales que sólo pueden exteriorizar sus emociones con su voz.
En AFI queremos proponerle una serie de ideas que puede tomar antes de tomar el paso de denunciar a su vecino.
- Mantenga una conversación amigable con el dueño. Es posible que su vecino no esté al tanto de que su can está generando tantas molestias. Explíquele que los ladridos están provocando problemas de convivencia y de sueño tanto para usted como para su familia.
- Si no sabe cómo enfrentarse a su vecino, también puede optar por escribir una carta y dejarla en el tablón de anuncios del edificio. Deberá ser respetuoso y correcto al describirle las razones para que en ningún momento el dueño pueda sentirse ofendido o atacado.
Si, pese a ello, los ruidos no cesan y toma la determinación de denunciar al propietario, deberá tener en cuenta una serie de factores que le presentamos a continuación.
- Los ayuntamientos son los responsables de la protección de ruido. Por lo que compete a las administraciones locales la medición y gestión del nivel sonoro.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que a partir de los 65 decibelios el oído empieza a sufrir daño. Por la noche, la OMS recomienda no sobrepasar los 40 dB.
- Una serie de ladridos esporádicos nunca superarán los decibelios permitidos lo que no se considerará una circunstancia denunciable.
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